12 May, 2024
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Opinión: Hay cama para tanta gente

Opinión: Hay cama para tanta gente
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Ahora que comenzó la temporada de lluvias y esperamos poder superar la gran contingencia con los embalses, surge una gran pregunta: ¿estamos preparados en el Oriente para el crecimiento urbano que estamos experimentando? 

Si bien las autoridades deben, según la ley 388 en su artículo 32, garantizar que el suelo se habilite teniendo en cuenta la posibilidad de ampliar la cobertura de infraestructura para el sistema vial, de transporte, de servicios públicos domiciliarios, áreas libres, parques y equipamiento colectivo de interés público o social, debemos comenzar a cuestionarnos de manera coloquial: ¿hay cama para tanta gente?

Se ha notado un gran estrés por parte de los mandatarios debido al fenómeno del niño, y es posible que este fenómeno, año tras año, empeore. Con esta claridad, es nuestro deber empezar a entender cómo podemos crecer de manera consciente, pues a medida de que las ciudades crecen en tamaño y población, aumenta la demanda de recursos naturales como agua, energía, alimentos y materiales de construcción. Esto puede ejercer presión sobre los ecosistemas locales y llevar a la sobreexplotación de recursos naturales.

Con esto en mente, debemos preguntarnos si en las zonas donde están creciendo nuestros municipios, se pueden expandir esos servicios públicos mínimos. Además, el crecimiento urbano desmedido y desaforado puede resultar en la transformación de áreas naturales en áreas urbanizadas, lo que puede llevar a la pérdida de hábitats naturales, deforestación, contaminación del aire y del agua, entre otros. 

Por lo tanto, un servicio básico como el agua debe ser pensado de manera estratégica, además de que esos recursos deben ser priorizados para abastecer las necesidades de la región que los «produce».

Por eso, como ciudadanos, debemos pedirle a nuestros dirigentes que vean los crecimientos de manera estratégica y con acciones positivas para albergar las necesidades que como comunidades tenemos, garantizando unos mínimos de habitabilidad para quienes ya habitamos esta región. 

También, una planificación urbana adecuada puede ayudar a mitigar los impactos negativos del crecimiento de la ciudad en los recursos naturales. Esto incluye la creación de áreas verdes, la implementación de tecnologías de construcción sostenible, la gestión adecuada de residuos y la protección de áreas naturales sensibles.

Finalmente, es importante hacer una alerta para la accesibilidad. La planificación urbana debe ser inclusiva y considerar las necesidades de todas las comunidades, especialmente las más excluidas. Esto implica la creación de espacios públicos accesibles, viviendas asequibles y servicios básicos adecuados para todos los residentes urbanos, independientemente de su estatus socioeconómico.

Enfrentamos desafíos significativos en términos de crecimiento urbano y la preservación de nuestros recursos naturales en el Oriente. Sin embargo, al adoptar enfoques de planificación urbana sostenible, impulsar la participación ciudadana activa y promover políticas que fomenten la equidad social y el desarrollo inclusivo, podemos construir comunidades más resilientes, justas y prósperas para las generaciones futuras. Es hora de actuar con determinación y visión a largo plazo para garantizar un futuro sostenible para todos.

Opinión
Kevin Jiménez