3 May, 2024
Noticias Opinión

Opinión: ¿Estamos preparados para la próxima temporada de lluvias? Reflexiones desde el Oriente de Antioquia

Opinión: ¿Estamos preparados para la próxima temporada de lluvias? Reflexiones desde el Oriente de Antioquia

En este momento estamos experimentando un intenso fenómeno de verano y se aproxima otro fenómeno que se prevé será fuerte, con lluvias intensas en los próximos meses.

Esta situación representa una gran amenaza para nuestra región y para toda Colombia. Pero aquí surge un tema de gran importancia para el oriente de Antioquia. Esta región está experimentando un gran crecimiento, y aunque esperamos equivocarnos, ¿estamos preparados para afrontar la temporada de lluvias? ¿Tenemos los recursos necesarios para mitigar sus efectos? En un contexto más amplio, las ciudades están preparándose para la resiliencia urbana, con el fin de ayudar a mitigar el cambio climático.

La resiliencia urbana puede entenderse como la capacidad que tiene un territorio, municipio o ciudad para resistir, adaptarse y recuperarse de diversas amenazas o riesgos. Por lo tanto, se convierte en una herramienta indispensable para adecuar la planificación urbana a los nuevos desafíos (Díez Bermejo, Hernández Aja, y Sanz Fernández, 2022).

En términos generales, la resiliencia urbana abarca varias dimensiones, como la planificación urbana sostenible, la gestión de riesgos y desastres, la infraestructura resistente, la inclusión social, la participación comunitaria, la innovación tecnológica y el liderazgo político.

Centrémonos primero en la planificación urbana sostenible. En un territorio en constante crecimiento, es crucial evitar conflictos derivados de un crecimiento desmedido y desordenado. Todas las acciones deben orientarse a reducir los conflictos y desequilibrios causados por la intervención humana en el espacio geográfico (Sostenibilidad Urbana, 2022).

Por lo tanto, es de vital importancia que los modelos de planificación tomen decisiones para reducir estos riesgos, especialmente aquellos que ponen en peligro la vida humana. El Oriente está en una posición privilegiada para prever y mitigar muchos de estos riesgos si planificamos adecuadamente el crecimiento.

Por lo tanto, debemos centrar nuestra atención en algunos factores determinantes. Por ejemplo, ¿se están llevando a cabo evaluaciones exhaustivas de riesgos y vulnerabilidades? ¿Se están identificando amenazas naturales y antropogénicas? Además, ¿se está evaluando la vulnerabilidad de la infraestructura, la población y los servicios esenciales?

Es crucial desarrollar políticas y regulaciones que promuevan la construcción de infraestructuras resilientes, la protección de áreas vulnerables y la gestión adecuada de riesgos dentro de los Planes de Ordenamiento Territorial. Estas políticas deben incorporar estándares de seguridad y adaptación al cambio climático, adaptados a las realidades territoriales específicas.

Finalmente, la planificación del uso del suelo debe delimitar áreas de riesgo y promover un desarrollo territorial que evite la ocupación de zonas vulnerables. Es esencial fomentar la preservación de espacios naturales y promover la diversificación de actividades económicas para evitar conflictos por el uso del suelo. Estos conflictos pueden generar presiones sobre zonas valoradas como de alto riesgo, lo que aumenta la vulnerabilidad y obstaculiza la mitigación del cambio climático.

Kevin Jiménez

Columna de opinión