Tal vez fueron las benditas animas del purgatorio las que pusieron a Riboberto Cortes en el Concejo de Marinilla, pero en realidad, fueron los más de 600 marinillos que depositaron su confianza en este abnegado trabajador social que desde hace varios años “rescata almas”, pero no sólo las que están penando en el purgatorio, también las de jóvenes y personas que han caído en la droga y que como si fuera un angel, rigo llegó a sus vidas para cambiarla, a través del amor, la compasión y las oportunidades, pues su labor social se centra en acoger a estas personas que cayeron a las calles y que buscan una mano que les de una segunda oportunidad.
El Animero llegó a la política de una forma imprevista, buscando en ella una manera de ayudar aún más a los necesitados, pues considera que en su municipio son muchas las personas que requieren de ayuda de la institucionalidad a través de proyectos de beneficio.
Su rol de animero, comenzó este año en la madrugada del primero de noviembre, fecha tradicional en que se celebra el día de las animas. Su rutina ya conocida por los marinillos comienza a las 10 p.m., en el cementerio, con un grupo de creyentes, toca cada tumba y pide permiso a Dios para sacarlas a caminar por las distintas calles de la localidad, por donde pasa con un megáfono pidiendo un Padre Nuestro.
