18 May, 2024
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Opinión: Petroceso

Opinión: Petroceso
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La promesa de cambio era la gran bandera con la cual este gobierno se hizo elegir en 2022, ahora, a pocos meses de cumplir la mitad del periodo de mandato, la bandera sigue caída sin ondearse y a Gustavo Petro se le ve desconcentrado en medio de tanto escándalo.

Mes a mes venimos observando la incapacidad que tiene el ejecutivo de llenar los vacíos que padecen las regiones de este extenso país, pareciera un retroceso donde cada departamento tiene su reclamo ante la evidente ausencia del estado.

Son los mismos temas de siempre con nuevos agravantes, en materia de seguridad por ejemplo nunca vimos tan disminuidas y sometidas a nuestras fuerzas militares incluyendo pérdida de municiones, dotaciones, soldados implorando apoyo en medio de confrontaciones con las disidencias en el Cauca y mientras se pregona el desentonado discurso de paz total vemos por otro lado el fortalecimiento de los grupos armados al margen de la ley.

La eterna prédica de los vientos de cambio que se quedó en sentencias de plaza pública y que ahora pretenden pasar vía decretos o con gritos de constituyente evadiendo el control de las instituciones del estado es una dinámica que solo demuestra aires dictatoriales y la imposición de unos ideales sin los consensos de un real acuerdo nacional que pase por la democracia del poder legislativo.

Dijeron cambio, pero conservan sus privilegios, hablaron de cambio avivando el odio de clases, “divide y reinarás” ¡cuánto daña esta polarización! Con un muy mal ejemplo vemos la inasistencia e incumplimiento del presidente a las citas de agenda oficial, un terrible síntoma de desconexión con los sectores privados y académicos una pérdida de oportunidades para generar confianza y construir desde los sectores; Populismo y clientelismo desaforados como pan de cada día, proyectos de ley y reformas improvisadas, salpicadas con una sofisticada red de corrupción como el último caso del escándalo de la “Sneyderpolítica” y los desvíos presupuestales para sobornar el legislativo desde la UNGRD. Es inminente que la “fizzzzzcalía” actúe con eficiencia.  

Podríamos seguir: casi dos años viendo cómo se nombran funcionarios sin la altura técnica en cargos definitivos del gabinete para asuntos determinantes de país, o una más, indefendible, como el silencio cómplice frente a la tiranía dictatorial venezolana próxima a desarrollar una nueva “auto elección” de Nicolás Maduro, o la decisión sesgada de romper relaciones diplomáticas con Israel la cual no contribuye a la solución pacífica de los conflictos.

Al presidente se le ve incapaz, sordo frente al sentir de miles de personas inconformes, ciego ante la economía sin crecimiento, mudo con el turismo pasando hambre, quieto frente a los precios de la gasolina aún sin techo de estabilización, terco frente al futuro del fondo pensional, indigno frente al desfalco anunciado de los carrotanques de agua para la Guajira que por estos días van llegando disminuidos en unos simples bici tanques, inexperto frente a la perdida de los juegos panamericanos con sede en Barranquilla, indiferente frente al atranque de las vías nacionales 4G que pasan por Antioquia y sirven para el desarrollo del país. Tantos son los asuntos como gotas de lluvia ácida sobre una bandera de cambio que no ondea.

Más allá de todo este panorama, hay que ver la importancia pedagógica que tiene esta coyuntura política y aprender de ella. Los gobiernos apenas son un pequeño detalle de la historia, aquí el problema no es ideológico: ¡Es ético! y es lo que principalmente debemos exigir a nuestros gobernantes.

Colombia sabe mucho de resistir y de desarrollar valentía no cuando va en crecimiento, sino cuando ha sobrevivido a momentos difíciles y de adversidad.

El tiempo, es el principal amigo de mejores tiempos.

Opinión:

Christian Castro López