Pese a los estragos del fenómeno del Niño en algunas zonas de Antioquia, EPM indicó que la entidad trabaja para mantener la seguridad energética e hídrica en sus zonas de influencia.
Según EPM los tres embalses que abastecen el 94 % del sistema de acueducto de EPM (Riogrande II, La Fe y Piedras Blancas) presentan hoy reducción en sus niveles, con tendencia a continuar descendiendo.
A esto hay que sumar el aumento de los consumos de agua, sobre todo en el Aburrá, pues al cierre de enero de 2024 el incremento en consumos de agua potable alcanzó 743 litros por segundo, cifra que equivale al consumo de 440 mil personas.
La situación con los embalsas que todavía no genera alertas por desabastecimiento de agua sí podría provocar cambio de color en el agua en gran parte del Valle de Aburrá, pues en la medida en que bajan los niveles de los embalses la captación debe ser a una profundidad donde se hallan mayores concentraciones de manganeso. No obstante, esto no representa problema en su uso.
En cuanto a las fuentes menores (quebradas y ríos) que abastecen directamente ocho de las 13 plantas de potabilización de EPM, estas han registrado una reducción promedio del 50 % de su caudal.
Hasta ahora, las alertas más grandes están asociadas a las quebradas que abastecen las plantas de potabilización de Barbosa, Caldas y San Cristobal. La situación podría generar mayor probabilidad de interrupciones para estos territorios, sin embargo, varias de ellas ya cuentan con el respaldo de las interconexiones y otras obras construidas en los últimos años, lo que reduce su vulnerabilidad.
