ABC de problemas que enfrentará nuevo gerente de EPM
En medio de un proceso de empalme que inició el pasado jueves, la Empresa de Energía de Medellín (EPM) enfrenta un relevo gerencial tras cuatro años de turbulencias. La nueva administración heredará tres desafíos cruciales que marcarán su gestión durante el próximo cuatrienio.
A. Enredos en negocios:
Durante el último cuatrienio, EPM se sumergió en inversiones problemáticas, agravando el estrés financiero de la compañía. La incursión en Afinia, buscando llenar el vacío dejado por Electricaribe, resultó en una inversión millonaria. Problemas históricos de recaudo en la costa Caribe y una de las tarifas más altas del país complican aún más la situación. Además, interrogantes rodean inversiones como Tigo-Une y la compra de acciones en la Triple A de Barranquilla.
B. Subsidios con poca claridad:
El «congelamiento» tarifario, anunciado como medida contra la inflación, ha dejado cabos sueltos. Aprobado a escasas semanas del periodo electoral, el saldo pendiente, estimado entre $130.000 y $400.000 millones, plantea un dilema financiero para la nueva dirección de EPM. La empresa anunció una partida de $100.000 millones para mitigar el impacto, pero la fuente de estos recursos y su uso normativo aún no están claros.
C. Insatisfacción de usuarios:
Aunque históricamente gozó de altos índices de favorabilidad, EPM enfrenta una reducción significativa en los índices de satisfacción ciudadana desde 2020. La más reciente encuesta de percepción ciudadana de Medellín Cómo Vamos revela una disminución en la satisfacción con servicios como gas domiciliario, acueducto, energía, aseo e internet. Solo el 9% de los ciudadanos considera que las empresas de servicios públicos están haciendo acciones para mejorar su calidad de vida.
La nueva dirección de EPM se enfrenta a un desafío crucial para restaurar la confianza, gestionar inversiones problemáticas y mejorar la satisfacción del usuario en medio de un panorama complicado.
