Un agresiva leucemia y un cáncer en un ojo fueron las causas de la muerte del asesino en serie Luis Alfredo Garavito, quien falleció el pasado 12 de octubre en la Nueva Clínica Santo Tomás de Valledupar.
Tras su muerte, el cuerpo de este hombre ha sido sometido a diferentes pruebas para que no dejar dudas acerca de la muerte natural. Por otro lado, el cadáver del peor asesino serial de la historia nacional permanece en el Instituto Nacional de Medicina Legal de la ciudad en mención. Hasta ahora ningún familiar ha pasado a reclamarlo.
Quienes siguieron de cerca su enfermedad afirman que Garavito sufrió de fuertes dolores provocados por los cánceres que padecía, en particular por el que tenía en su ojo izquierdo.
“Generalmente se negaba a recibir atención médica, pero cuando gritaba del dolor que le ocasionaba este ojo, pedía unas gotas y se le suministraba. Cuando se complicaba, se remitía a un centro hospitalario, prácticamente que a la fuerza”, aseguró un testigo
El violador habría vivido sus últimos días sumido en una profunda depresión, y en algunas ocasiones, sus noches se veían interrumpidas por pesadillas en las que revivía los terribles actos cometidos contra los niños a quienes había arrebatado la vida.