La semana pasada, en un encuentro discreto en Medellín, el alto comisionado para la paz, Otty Patiño, se reunió a puerta cerrada con el alcalde Federico Gutiérrez. La cita, que pasó desapercibida para muchos, forma parte de un esfuerzo del gobierno de Gustavo Petro por acercar al opositor Gutiérrez a los diálogos con bandas criminales de la ciudad.
Según fuentes cercanas al encuentro, la reunión permitió a Gutiérrez expresar sus preocupaciones sobre la seguridad en Medellín y entender los detalles de las negociaciones en curso. El alcalde, conocido por su posición de «mano dura» contra los grupos delictivos, busca garantías de que cualquier acuerdo sea verificable y no comprometa la seguridad de los ciudadanos.
El diálogo a dos bandas se suma al esfuerzo del delegado del gobierno nacional, Jorge Mejía, quien también mantuvo conversaciones privadas con el secretario de Seguridad de Gutiérrez. Mientras tanto, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, respaldó la importancia de que la seguridad no dependa de pactos con organizaciones criminales.
A pesar de las diferencias entre Gutiérrez y Patiño, ambos coincidieron en la necesidad de mantener la seguridad en la ciudad, y el ministro Velásquez aseguró que esta «no puede depender de pactos» con las bandas. Gutiérrez, por su parte, se mantiene firme en su postura de no negociar directamente con criminales, enfocándose en combatir las estructuras ilegales con el respaldo de las fuerzas de seguridad.
Aunque no hay una fecha establecida, se espera que este encuentro sea el primero de varios intentos de acercamiento entre el gobierno nacional y la administración de Gutiérrez, buscando delinear un papel claro para la Alcaldía en las negociaciones de paz urbana.
Fuente de información y fotografía: La Silla Vacía.
