El Área Metropolitana del Valle de Aburrá, autoridad ambiental urbana en Medellín y Antioquia, dio a conocer recientemente un nuevo doloroso caso de un ave que se autolesionó hasta la muerte debido al estrés del cautiverio.
El hecho se presentó en Medellín donde una cotorra carisucia (𝙀𝙪𝙥𝙨𝙞𝙩𝙩𝙪𝙡𝙖 𝙥𝙚𝙧𝙩𝙞𝙣𝙖𝙭)fue rescatada y llevada a la Estación de Paso de Fauna Silvestre en un estado lamentable.
El animal silvestre que estuvo encerrado por varios años contrajo con el tiempo un nivel de estrés que comenzó ella misma a lesionarse trastornada con un síndrome denominado picaje extremo que la llevó a la muerte.
El picaje está relacionado con el estrés y la ansiedad en las aves, que genera la tenencia ilegal como animales de compañía. Las causas pueden incluir la soledad, falta de estimulación, la insatisfacción de las necesidades sociales, dieta inadecuada o el entorno inadecuado.
“El picaje de plumas puede resultar en lesiones cutáneas, hemorragias y, en casos graves, infecciones; al hacerlo, se daña la piel subyacente y se crea heridas abiertas que pueden convertirse en puntos de entrada para patógenos, aumentando el riesgo de infección. Las plumas tienen un papel crucial en la regulación de la temperatura corporal de las aves, al tener un picaje, pierde la capacidad de mantener una temperatura corporal óptima; llevando a problemas de hipotermia o hipertermia”, afirmaron los expertos.
Los psitácidos (loras, cotorras, pericos y guacamayas) son aves sociales, y el picaje puede llevar al aislamiento y la exclusión por parte de otros miembros de su grupo.
