
Del oriente antioqueño a conquistar el país con pan y tradición
Desde Marinilla, Antioquia, partieron Jairo de Jesús y Guillermo Ramírez con una idea tan sencilla como poderosa: emprender. Lo que no sabían, era que terminarían fundando una de las cadenas de panaderías más queridas del país: Kuty. Hoy, su legado se saborea en cada croissant, cada buñuelo y cada desayuno que se sirve en sus más de 24 sedes entre Cali y Bogotá.
Un negocio que comenzó con dos Renault
A mediados de los años 80, los hermanos Ramírez llegaron a Cali y se encontraron con una panadería de barrio en Junín. Su visión de negocio los llevó a ofrecer dos carros —un Renault 4 y un Renault 12— a cambio del establecimiento. Así compraron Kuty, nombre en honor a Leonel Cutiva, su anterior dueño, y quien puso la receta base del pan que hoy es sello de tradición.
Antes de ser empresarios, Jairo trabajó con su tío en la cadena “La Novena”. Fue despedido por tomar decisiones audaces, pero allí nació su amor por la panadería. Aprendió sobre administración, hornos, mezclas y sabores. Esa pasión, unida al empuje paisa, lo llevó junto a su hermano a transformar una panadería de barrio en una marca nacional.
Kuty: 40 años de tradición que no se detienen
Desde 1985, Kuty no ha parado de crecer. En 17 años, abrieron cuatro sedes en Cali, incluyendo una 24 horas. En 2005 llegaron a Bogotá, con una sede en el barrio Santa Isabel. Hoy, cuentan con 15 panaderías en Cali y 9 en Bogotá, una planta de producción moderna, y más de 500 empleos generados.
Los hermanos Ramírez han llevado a Kuty más allá de la panadería tradicional. Con un menú que incluye desayunos, almuerzos y servicios para eventos, han sabido diversificarse sin perder la esencia: calidad, tradición y cercanía.
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Panadería con futuro
Los planes de los Ramírez no se detienen. Su nueva planta de producción permite abastecer puntos de venta y otros negocios, ampliando la huella de Kuty en Colombia. Desde Marinilla al corazón del Valle del Cauca y la capital del país, su historia es un ejemplo de que el trabajo bien hecho sí da frutos.
Con información y redacción de Daniel Murcia del portal https://www.las2orillas.co/