Desde el 1 de noviembre, el mecato, también conocido como ‘comida chatarra’, estará más caro y hará más peso en los gastos de la canasta familiar, por cuenta de la entrada en vigencia del denominado impuesto saludable, que fue incluido en la reforma tributaria aprobada en 2022.
Las papas de paquete, las salchichas, los helados, las galletas, los dulces y las bebidas azucaradas, entre otros, que son consumidos diariamente por millones de personas e incluidos en loncheras de colegio, son los productos sobre los que recae este gravamen. Otros, como las salsas y mermeladas, también serán gravadas con el impuesto.
De esta forma, en lo que resta de 2023 el impuesto será de 10 %; para el 2024 será de 15 % y en 2025 de 20 %, que fue el tope máximo establecido.
En la reforma quedó estipulado que “la implementación de un impuesto al consumo de este tipo de productos podría tener efectos positivos sobre la salud de los colombianos y reducir los gastos del Gobierno en salud, a la vez que llevaría al sistema tributario del país a estar más alineado con los estándares internacionales”.
De acuerdo con el estudio de Fenalco realizado a más de 1650 microempresas a lo largo del país, (donde más del 54% son las tradicionales tiendas de barrio) se encontró que es tipo de productos son los que más se comercializan en las tiendas en Colombia, con un 94,06% y 90% respectivamente.
Estos productos son aquellos que generan mayor margen de utilidad a las tiendas al igual que las bebidas alcohólicas, teniendo un valor aproximado entre el 11 a 15% en su margen de utilidad.
Así las cosas, este impuesto disminuiría como mínimo en un 8% de los ingresos de las tiendas.
