1 May, 2024
Medellín

Nadie quiere manejar bus en medallo; hay 600 vacantes para conductores

Nadie quiere manejar bus en medallo; hay 600 vacantes para conductores
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Conducir un bus, que llegó a ser el sueño de muchos jóvenes de Medellín décadas atrás, dejó de ser atractivo y en la actualidad ya pocos desean ejercer este oficio, al punto que en la ciudad hay un déficit de conductores para este tipo de vehículos, según alertan los empresarios del gremio.

La Asociación de Transportadores del Valle de Aburrá, Asotransvaa, habla de un déficit del 20 %, que serían unos 600 conductores los que se necesitan para llenar los cupos disponibles en las diferentes empresas. Hay buses parqueados por falta de quién los maneje.

Entre las muchas razones que han generado esta situación hay dos esenciales: una, que durante la pandemia por el virus covid-19 los viajes se redujeron y muchos conductores o vieron mermar sus ingresos o perdieron sus empleos y debieron buscar otras opciones laborales.

“Muchos se fueron a trabajar de volqueteros en los proyectos de vías 4G o se ubicaron en otras empresas y mejor se quedaron ahí”, señala el gerente de una importante empresa de buses de la ciudad que pidió reservar su identidad.

Iván Darío Restrepo, presidente de Cotransa y gerente de la empresa Santra, añade que algunos buseros se fueron a trabajar en las plataformas digitales como Uber y Cabify, entre otras, que les resulta más rentable y menos estresante. “Lo que más los ha llevado a desistir de este oficio son los trancones, porque recorridos que antes demoraban 60 minutos ahora tardan entre dos y 2 horas y media, y eso es muy desestimulante”, indicó el directivo gremial.

Cotransa (Corporación de Transportadores de Antioquia) agrupa a las empresas de transporte público del Valle de Aburrá, incluida la misma Asotransvaa. Se creó en 1974.

¿Por qué las congestiones?

Juan Gonzalo Merino, gerente de Asotransvaa, sostiene que el negocio del servicio público de buses ha perdido competitividad debido a las dificultades que afrontan los buses en las vías: calles estrechas, con la mitad de los carriles ocupadas con parqueo y falta de carriles exclusivos.

“Es necesario que se diseñen carriles segregados, preferenciales y contraflujos para poder se competitivos y eficientes”, indica.

Rubén Darío Restrepo, de Cotransa, señala que al aumentarse los tiempos de desplazamiento se reduce el número de viajes y pierden ingresos tanto las empresas como los conductores, porque en este servicio son claves la competitividad y la eficiencia para poder satisfacer a los usuarios.

“Actualmente, estamos con una velocidad comercial de 9 km por hora, nos saca ventaja hasta alguien que vaya a pie con solo tener una buena resistencia física”, advierte.

Según el último censo del parque automotor de Medellín (Secretaría de Movilidad) a 2020, en la ciudad están matriculados 9.912 buses, busetas, minibuses y microbuses. Y en el Valle de Aburrá rueda un parque automotor de 900.000 motos y 800.500 vehículos. En las calles la competencia es dura.

“Aparte de la cantidad de carros hay que sumarles las ciclorrutas, que redujeron los carriles y estrecharon las vías”, expone Andrés Espinosa, director de Gestión Humana de Coonatra, que opera las rutas Floresta San Juan, Circular, Calasanz-Bostón y Copacabana. En el momento, esta empresa tiene abierta una convocatoria para 70 conductores con licencias C2 y C3, que son las requeridas para conducir buses de servicio público. Con licencias C1 se pueden conducir incluso microbuses.

El presidente de Asotransvaa señala que la recategorización de las licencias está costando entre 1’600.000 y 1’900.000 pesos. La recategorización es el paso de una categoría a otra superior. El desespero es tal, que algunas empresas están patrocinando este proceso para poner a operar los buses parados, ya que en los parqueaderos estos representan un lucro cesante, lo que no se compadece con los tiempos actuales, cuando hay una reactivación económica y el transporte público está recuperando su operatividad como estaba antes de la pandemia.

Algunos de los empresarios consultados advierten que hay otros fenómenos que han desmotivado el deseo de conducir un bus, como la inseguridad. No es secreto que los atracos en los últimos años han sido frecuentes incluso a sabiendas de que ya estos vehículos llevan cámaras que graban todo el tiempo las escenas que ocurren durante los viajes. Esto, al parecer, no ha evitado los asaltos. Precisamente, un conductor de Coonatra fue agredido con cuchillo por un atracador hace dos semanas, en un hecho que ocasionó que el bus se accidentara y la víctima fuera conducida a un hospital por la gravedad de las heridas.

La Secretaría de Movilidad afirma que al conocer esta situación ha iniciado visitas a las distintas empresas de transporte para conocer la dimensión del problema y buscar alternativas que incluso involucren a otras secretarías y dependencias de la alcaldía