Según la OMS el cigarrillo mata 8 millones de personas al año
En vísperas del Día Mundial Sin Tabaco, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recordado al mundo que el tabaco sigue siendo una amenaza letal para la salud pública. Con más de ocho millones de muertes al año atribuidas al consumo directo de tabaco y la exposición al humo de segunda mano, es evidente que se necesitan medidas más enérgicas para abordar esta crisis mundial.
El director general de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, hizo hincapié en la contradicción existente entre los subsidios destinados al cultivo de tabaco y los graves riesgos que esto representa para la salud de las personas. Afirmó: «El tabaco provoca ocho millones de muertes al año, pero los gobiernos de todo el mundo destinan millones a apoyar las plantaciones de tabaco. Al elegir cultivar alimentos en lugar de tabaco, damos prioridad a la salud, preservamos los ecosistemas y fortalecemos la seguridad alimentaria de todos».
El llamado de la OMS es claro: los gobiernos deben abandonar la subvención del cultivo de tabaco y respaldar prácticas agrícolas más sostenibles que puedan garantizar la alimentación de millones de personas. Actualmente, más de tres millones de hectáreas de tierra en más de 120 países se dedican al cultivo de tabaco, incluso en naciones donde la inseguridad alimentaria es una preocupación apremiante.
Además de las más de siete millones de muertes atribuidas al consumo directo de tabaco, alrededor de 1,2 millones de personas pierden la vida debido a la exposición al humo de segunda mano. Estas cifras alarmantes resaltan la urgencia de abordar el problema del tabaquismo desde todos los ámbitos, incluida la adopción de políticas públicas que desalienten el consumo y promuevan estilos de vida saludables.
En este contexto, el Día Mundial Sin Tabaco, que se celebrará el próximo 31 de mayo, adquiere una relevancia aún mayor. La OMS insta a los gobiernos a aprovechar esta oportunidad para tomar medidas concretas y eliminar las subvenciones al cultivo de tabaco. Al hacerlo, se promoverá la salud de las personas, se protegerá el medio ambiente y se contribuirá a la seguridad alimentaria global.
Es imperativo que los líderes mundiales y las autoridades sanitarias actúen de manera decisiva para abordar la epidemia del tabaquismo. Solo mediante la adopción de políticas firmes y la promoción de alternativas sostenibles, podremos construir un futuro más saludable y libre de tabaco para las generaciones venideras.
