A partir de noviembre de 2023, los consumidores en Colombia sentirán el impacto del “impuesto saludable” sobre ciertos productos. Este impuesto se aplicará de forma gradual, con un aumento del 10% este año, un 15% en 2024 y un 20% en 2025.
La reforma tributaria de 2022 introdujo este impuesto como una medida para desincentivar el consumo de alimentos ultraprocesados. Esto se suma al etiquetado de alerta que ya se implementó en 2022 para informar a los consumidores sobre el contenido de azúcar, grasas saturadas, sal y otros componentes en los alimentos.
En cuanto a la respuesta de los consumidores a las advertencias en las etiquetas, las opiniones varían. Algunos han reducido la compra de estos productos por razones de salud, mientras que otros consideran que son necesarios para ciertas ocasiones.
Los tenderos han reportado que los sellos de alerta no han disminuido significativamente las ventas de estos productos.
El impuesto saludable se aplicará a bebidas azucaradas, galletas, dulces, snacks, papas chips y alimentos embutidos como chorizos y salchichas. El aumento de precios se realizará gradualmente, con un 10% adicional a partir de noviembre de este año.
Según Paúl Rodríguez, profesor de economía de la Universidad del Rosario, aunque estos productos verán un aumento en su precio, será relativamente pequeño en comparación con el aumento general de los precios debido a la inflación.
Este impuesto tiene como objetivo generar un recaudo de hasta 3 billones de pesos para el año 2025, pero ha generado preocupación entre los tenderos, quienes señalan que el costo final lo asumirá el consumidor.
Es importante destacar que algunos productos, como el pan, las obleas, el arequipe, el dulce de leche, el salchichón, la mortadela y la butifarra, están exentos de este impuesto saludable.
