26 July, 2024
Rionegro

Parqueadero cercano al JMC esta afectando una fuente hídrica

Parqueadero cercano al JMC esta afectando una fuente hídrica
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En Rionegro, un parqueadero ilegal ha invadido los retiros de la quebrada Yarumales, causando serios problemas tanto para los residentes del área como para el medio ambiente. A pesar de la falta de permisos de funcionamiento, el parqueadero Ecopark ha ocupado ilegalmente un terreno, ignorando el requisito de respetar los treinta metros de retiro obligatorio del cauce establecido por la normativa.

El municipio de Rionegro ha confirmado que el parqueadero carece de permiso de funcionamiento, según una respuesta a un derecho de petición presentado por un ciudadano en agosto del año pasado. Aunque el terreno tiene un concepto sobre el uso del suelo, esto no otorga derechos al propietario, según la documentación del municipio. A pesar de estas limitaciones, el parqueadero ha ocupado desordenadamente los humedales de la quebrada Yarumales, sellando un nacimiento de agua, pavimentando áreas de protección ambiental y desplazando la fauna local.

El informe presentado por el municipio de Rionegro a la comunidad revela la ocupación ilegal del terreno y la falta de cumplimiento de las obligaciones urbanísticas. Las estructuras del parqueadero invaden el área de conservación ambiental asociada a la ronda hídrica de la quebrada Yarumales, lo que representa una violación adicional a las regulaciones.

Además de la invasión de áreas protegidas, el parqueadero también ha incumplido las normas ambientales al no garantizar la no contaminación por vertimientos de aguas residuales. El agua residual del negocio ha sido encauzada hacia la quebrada a lo largo del camino veredal, aumentando la erosión en la zona.

La situación se agrava por el hecho de que el propietario del parqueadero ha emprendido varias actividades comerciales sin los permisos correspondientes y sin personal especializado. Primero, levantó un «market» sobre la vía principal, invadiendo el espacio público. Luego, acondicionó dos casas abandonadas en los lotes y las renombró como «Hotel campestre Llanogrande» y «Hotel canino», sin cumplir los requisitos legales.

La presencia de un hotel canino ha empeorado aún más la situación para los residentes de la zona. Los animales alojados allí sufren por la falta de atención adecuada, ya que no son cuidados por especialistas ni veterinarios. Los ladridos y llantos de los perros se escuchan constantemente, afectando la tranquilidad de los vecinos.