Lulu; una mirada dulce que no se cansa de buscar un hogar
Hace ocho años, en un frío y desolado día, en las afueras del albergue animal del municipio de Marinilla, una pequeña perrita criolla llamada Lulu fue dejada amarrada a la puerta. Su pelaje grisaseo y su mirada tierna han conmovido a todos los que han tenido la fortuna de conocerla.
A lo largo de los años, los dedicados cuidadores del albergue han llevado a Lulu a múltiples jornadas de adopción. En cada una de ellas, ha cautivado a muchos corazones con su belleza y nobleza. Sin embargo, a pesar de despertar admiración, ninguna familia ha tenido el valor de adoptarla.
Don Ramón, el veterinario del centro, confirma que en un principio todos la rechazaban por su tamaño. Pues casi todas personas buscan perros pequeños, sin embargo, conforme pasa el tiempo la rechazan por su avanzada edad
Pero cada día, con valentia y resiliencia, Lulu deambula por las mangas y las jaulas del albergue, buscando una esperanza en medio de la incertidumbre. Sus patitas, cansadas pero firmes, la llevan a recorrer cada rincón, como si en el vacío pudiera encontrar una familia que la acoja con amor y le brinde el hogar que tanto anhela.
Es cierto que los años han dejado huellas en su cuerpo y que sus energías ya no son las mismas que antes. Pero en cada cana que adorna su hocico, se encuentra una historia de amor y supervivencia, de momentos compartidos con aquellos que la amaron de paso y luego la dejaron atrás.