En una vereda de Marinilla una zarigüeya sufrió un feroz ataque de un perro
Desde finales del mes de febrero se encuentra en el hogar de paso de Cornare una zarigüeya que fue víctima de un brutal ataque de un perro en zona veredal del municipio de Marinilla.
El nuevo caso de ataque de fauna doméstica a animales silvestres ocurrió en la casa de Sara Giraldo, una habitante de la vereda Gaviria, que sobre las 9 de la noche escuchó ladrar incesantemente a su perro por lo que acudió al sitio para ver qué ocurría.
Al llegar se dio cuenta de que su mascota, estaba atacando a una zarigüeya, la cual de manera indefensa estaba soportando la agresión.
“Fui corriendo a asomarme y me di cuenta de que mi perro estaba atacando a una zarigüeya, inmediatamente se la quité como pude, lo encerré y luego corrí de regreso para revisarla, yo pensé que la había matado”. Relató Sara, una mujer que desde pequeña ha sentido un gran amor y empatía por los animales.
Al darse cuenta del ataque, la mujer encerró a su can y de inmediato revisó a la zarigüeya, en ese momento se dio cuenta que el animal aún respiraba y tenía los ojos abiertos, por lo que procedió a buscar ayuda.
“Automáticamente empecé a buscar un número al que pudiera llamar y el primero que me brindaron en un grupo de Facebook fue un contacto de WhatsApp del Hogar de Paso de Cornare, al que escribí de inmediato para reportar la emergencia. La persona que me respondió en ese momento el chat me dijo que asegurara la zarigüeya con una cobija para que no le diera hipotermia y eso hice, la cubrí y esperé, como estaba tan herida ella no fue agresiva en lo absoluto”.
Después de varios minutos de espera, el Cuerpo de Bomberos de Marinilla llegó al sitio para apoyar en el traslado de la zarigüeya y después la Unidad Móvil para la Atención de Fauna Silvestre de Cornare se encargó de recogerla en Marinilla y llevarla hasta las manos del equipo de profesionales del Hogar de Paso de la Corporación quienes harían todo lo posible por salvarla.
Una vez en el hogar de paso, los médicos veterinarios revisaron al animal y determinaron que la zarigüeya estaba gravemente herida en un párpado, además que tenía la piel desgarrada y un hueso de la cabeza estaba expuesto.
“Esta zarigüeya infantil llegó con una lesión en gran parte de su rostro que le afectó todo el párpado superior derecho, la piel la tenía completamente desprendida y el hueso de su cabeza estaba expuesto, además tenía una luxación en una de sus manos, lo que le generaba mucho dolor e impedía su desplazamiento”, narró Cristina Buitrago, médica veterinaria del Hogar de Paso de Fauna Silvestre de Cornare.
“Le hicimos una sedación, lavado, limpieza y sutura de las heridas y le realizamos un vendaje inmovilizante en su manito. Como el reporte fue oportuno la piel no se había alcanzado a morir, sino que todavía se podía trabajar con el mismo tejido que estaba suelto. Identificamos de qué parte se había desprendido y empezamos a unir, como armando un rompecabezas”, explicó Cristina.
Tras el complejo procedimiento, el animal comenzó el proceso de recuperación y un mes después del ataque, gracias al buen apetito de la especie y los cuidados en el hogar de paso, la zarigüeya hoy en día avanza en su recuperación a pasos agigantados.
Mientras terminan sus días como paciente del Hogar de Paso de Cornare, la zarigüeya la pasa entre siestas, alimentos, revisiones veterinarias y hasta tiene tiempo de hacer algunas travesuras, pues cuando realiza los ejercicios de fisioterapia natural para su mano, en ocasiones decide quedarse inmóvil tendida en el piso, aparentemente sin vida, pero afortunadamente se trata de una broma de mal gusto.
“Con toda seguridad después de todo el proceso que lleva a cabo, si le termina de ir bien, aproximadamente en un mes podría ser liberada. Ella se encuentra estable de salud, necesitamos que crezca, que aprenda a cazar, que aprenda a defenderse por sí misma y ya se puede ir”, precisó Cristina.
Afortunadamente esta historia tuvo un final feliz, pero no siempre es así, las cifras de ataques de fauna doméstica a animales silvestres se han acrecentado en los últimos tiempos.
El valor, la entereza y el amor por los animales de la ama del perro que atacó a la zarigüeya, fue determinante para que el animal no muriera tras el feroz ataque que sufrió.