Se conmemoran 5 años de la tragedia del Chapecoense.
Desde el 2016, el 28 de noviembre es recordado como uno de los días más trágicos de la historia reciente del futbol. Aquel lunes el sueño de un equipo de Brasil se destruyó ante la mirada del mundo entero. Lo que prometía ser una fiesta futbolera se convirtió en uno de los peores desastres aéreos de las últimas décadas, un acontecimiento que marcó para siempre al Oriente Antioqueño.
Aquel día un pequeño equipo futbolero del sur de Brasil llamado el Chapecoense, viajaba a Colombia, mas exactamente a tierras paisas, pues dos días después disputaría la final de ida de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional en el estadio Atanasio Girardot. Un partido que nunca se jugó.
En horas de la tarde de esa jornada, el plantel junto varios periodistas y tripulantes, tomaron en el aeropuerto de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, el vuelo 2933 de la aerolínea LaMia, un avión privado, que los llevaría en aproximadamente 5 horas, al aeropuerto José María Córdova de Rionegro.
Todo parecía normal, hasta las horas de la noche a menos de 10 minutos de aterrizar, cuando el vuelo entró en emergencia y se estrelló sobre las 9:58 , en el Cerro Gordo de La Unión. El avión viajaba con nueve tripulantes y 68 pasajeros, perecieron 19 jugadores, el entrenador y 51 personas más entre el cuerpo técnico, directivos y periodistas. Sólo se salvaron seis personas: los futbolistas Helio Neto, Alan Ruschel y Jakson Follman, un periodista de Chapecó Brasil (Rafael Henzel) y dos tripulantes bolivianos (Ximena Suárez y Erwin Tumirí).
El amanecer del 29 de noviembre ha sido uno de los más tristes de la historia reciente del Oriente Antioqueño, pues con los primeros rayos del sol se evidenció la magnitud de la tragedia, las imágenes del avión despedazado con hierros retorcidos, maletas abiertas en el fango, guayos y camisetas del plantel esparcidas por toda parte, le dieron la vuelta al mundo.
Las causas.
En los primeros momentos después de la tragedia, la confusión fue total, se hablada desde un accidente, hasta un ataque terrorista, al final el siniestro aéreo del avión de LaMia se debió a errores humanos.
El informe preliminar colombiano indicó que el avión viajaba excedido de peso y con el combustible al límite, y que los pilotos decidieron erróneamente no hacer escalas para repostar en los aeropuertos Alfredo Vásquez, Cobo de Leticia o El Dorado de Bogotá. Además, no informaron al control aéreo de la escasez de combustible hasta el último momento. No cumplieron el plan de vuelo, el cual no debió ser aprobado por las autoridades aeroportuarias.
El informe final de Aeronáutica Civil de Colombia, dado a conocer el 27 de abril de 2018, destaca que la empresa LaMia «no cumplió con los requisitos de cantidad mínima de combustible exigidos en las normas internacionales, pues no tuvo en cuenta el combustible requerido para volar a un aeropuerto alterno, el de contingencia, el de reserva, ni el combustible mínimo de aterrizaje».
