26 January, 2025
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¿Amaneció enguayabado? Estos son los mejores remedios y trucos que no fallan

¿Amaneció enguayabado? Estos son los mejores remedios y trucos que no fallan
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Todos tenemos una fórmula para curar la resaca, más allá de los antojos. Porque aunque algunos amanecen siempre queriendo carne, algunos gaseosa y otros pizza, e incluso muchos deciden que quieren “seguirla” o “nivelarla” y optan por tomarse otrico, la verdad es que sí hay alimentos mejores para contrarrestar, o al menos sobrellevar el despiadado guayabo con algo de elegancia.

Tras mucho leer, no nos es posible hacer una lista de solo alimentos, o de curas que ataquen el guayabo “en general”. En cambio, presentamos una lista de curas contra estos síntomas, que al parecer son el precio a pagar por lo bien que la pasamos anoche (aunque para pasarla bien, no es obligatorio beber, ojo).

Antes de empezar, lo primero (y principal) es decir que la borrachera, y el consecuente guayabo, son ante todo producto de la deshidratación del cuerpo, y este es el problema a solucionar. ¿Vale la pena seguir bebiendo para nivelar? Tal vez una cerveza sí, pero no más que eso. El “continuismo” solo sirve para aplazar otro guayabo por venir.

1- El malestar. De nuevo: el problema es de hidratación. Por lo tanto, lo primero es tomar muchos líquidos (ojalá simplemente mucha agua) pero también es importante recuperar sales minerales. Si no quiere ponerse en la de comprar suero, bebidas para deportistas o alguno de los medicamentos efervescentes habituales, basta con que le eche una cucharadita de bicarbonato de sodio a un vaso de agua. SI le sabe muy feo, échele un poco de limón y ya está.

2- El tufo. Muchos dicen que es más un estado del alma que cualquier otra cosa, aunque sea principalmente un mal aliento inconfundible (y al mismo tiempo indiscernible, quién lo creyera) que deja el alcohol tras horas de entregado consumo. Como es el primer síntoma que los demás sienten, es uno de los primeros que debe ser eliminado. Para esto, lo mejor suele ser el tomate, el arroz blanco, el yogurt y la leche de coco.

3- ¿Qué comer? En realidad sería más qué tomar. Lo principal son los líquidos, y se recomienda, una vez más, tomar mucho jugo de tomate, pero una sopa de tomate también puede caer bien. De hecho, todas las sopas funcionan, de manera que echar mano de caldos de costilla, pajarilla, ministro, pescado, gallina o cualquier otro caldo, funciona de maravilla.

4- La infalible tradición. Por supuesto, las sopas típicas son una gran salida, y el sancocho tiene todo lo que podría ayudarle a un enguayabado esperando por respuestas. El ajiaco, la mazamorra (la boyacense), el cuchuco, la sopa de colisero, la de patacón, la de arroz o cualquiera que escoja de entre la muchas sopas que conforman la cocina colombiana. Cualquier otro plato típico ayuda, pero no tan bien como una sopa, de manera que si ninguna de las clásicas colombianas le apetece y se siente más sofisticado, recuerde que todas las culturas y países se han emborrachado en algún punto de su historia y todas tienen sopas que solucionan este problema. Un curry, que ya es fácil de conseguir en Colombia, o una sopa de tortilla mexicana, pueden ser una oportunidad de consentirse y sacarse de encima el guayabo.

5- ¿Cafecito? Lo mejor, pese a la costumbre general, es no abusar del café. En cambio, muchas otras aromáticas pueden ayudar a los estómagos más afectados y las cabezas más revueltas. Las mejores infusiones, fuera del té verde (que al parecer sirve para absolutamente todo, como el noni a finales de los 90), son las aromáticas de jengibre, yerbabuena y manzanilla. Si le cuesta digerir el kilo de carne que acaba de empujarse por la boca o el queso de esa pizza con extraqueso (recordemos que los antojos son fundamentales para el enguayabado y se convierten en rituales preciosos), le puede servir una aromática de caléndula. Si no le llama la atención nada de esto, puede probar con una infusión de hoja de coca, que también es una mata puedelotodo, no en vano es una planta sagrada.

Esperamos que estos consejos, extraídos del conocimiento científico y la sabiduría popular, les permitan vivir mejores guayabos, o menos peores. Sin embargo, queremos que recuerden que el exceso nunca es bueno y que muchas veces lo mejor es conocerse mejor a uno mismo, para no estar cruzando inútilmente los límites del propio cuerpo y teniendo que remediar lo que pudo haberse prevenido.