La Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de La Ceja se ha convertido en un inesperado santuario de biodiversidad, albergando 38 especies de aves, incluyendo una casi endémica, lo que demuestra el impacto positivo de la gestión ambiental en estos ecosistemas.
La identificación de estas especies en una zona destinada al tratamiento de aguas residuales confirma que la infraestructura de la PTAR ha logrado mantener un equilibrio ecológico, permitiendo la coexistencia de múltiples especies en su entorno. Este fenómeno resalta la importancia de una adecuada gestión de los recursos hídricos y la implementación de tecnologías sostenibles que minimicen el impacto ambiental.
Entre las especies avistadas se encuentran la Guacharaca, Garrapatero Piquiliso, Colibrí Coliazul, Caravana, Garza, Guaco, Canario Costeño, Azulejo, María Mulata, Semillero Cariamarillo, Petirrojo, Golondrina, Papayero Gris, Elaenia Copetona, Pigua y Picaflor Canela, entre muchas otras. Estas aves pertenecen a 9 órdenes y 18 familias, destacándose Tyrannidae con un 21% de representación y Thraupidae con un 18.4%.
Uno de los hallazgos más significativos fue la presencia del Colibrí Coliazul (Amazilia saucerrottei), una especie casi endémica registrada en la zona directa de la PTAR, lo que refuerza la importancia de este espacio como refugio de biodiversidad.
Empresas Públicas de La Ceja anunció que continuará con la identificación de avifauna en otras instalaciones, como el Relleno Sanitario, la Planta de Tratamiento de Residuos Orgánicos y el Parque Ambiental Los Tambos. Además, se realizará un seguimiento de nuevas especies en la PTAR para fortalecer las estrategias de conservación.
Este descubrimiento reafirma la necesidad de seguir impulsando proyectos de desarrollo sostenible, donde la infraestructura y el medioambiente puedan coexistir en armonía. La PTAR de La Ceja, más allá de su función principal en el tratamiento de aguas residuales, se ha convertido en un testimonio del equilibrio entre la tecnología y la naturaleza.
