Qué paradójico el nombre que Rionegro le ha dado a su nuevo Sistema Integrado de Transporte, Sonría, es la sigla que lo define.
Como economista que es, el actual Alcalde de Rionegro, Andrés Julián Rendón ha decidido promover iniciativas impopulares, pero de gran impacto en la transformación de la vida de los ciudadanos.
A pesar de la oposición, el líder del Centro Democrático decidió impulsar una iniciativa para construir un sistema de transporte vial a través de un tren ligero que endeudará a Rionegro por más de 20 años. También decidió impulsar a través de la valorización, la construcción de importantes vías para el municipio, iniciativa que tiene con los pelos de punta a miles de rionegreros, que en muchas casos no saben cómo van a pagar su factura.
Ahora, ha decidido impulsar la reorganización de las empresas de transporte público y crear una sola que se encargue de la operación, administración y recaudo de todas las rutas en el municipio.
Estas iniciativas, como lo mencionamos anteriormente, transformarán a la capital del Oriente. Sin embargo, es el talante, es la forma como se han hecho las cosas, que genera tanta resistencia en los ciudadanos.
La noticia del cambio, cogió por sorpresa a los rionegreros. Si bien, la Alcaldía ya venía concertando con las empresas de transporte su vinculación al Sistema, los usuarios poco conocían los cambios que van a tener desde el mes de abril, cuando se eche a rodar a Sonrío. Primer error de la Alcaldía: faltó comunicación.
Ahora bien, comenzar con una idea de tal magnitud aumentando la tarifa, no sería asumida bien por los usuarios. Los argumentos que da la Alcaldía, es que el costo del tiquete, que será de 2.700 pesos, le daría sostenibilidad económica a las empresas. A los rionegreros les tocará pagar 600 pesos más en el valor de cada trayecto. Segundo error de la Alcaldía: aumentar la tarifa. Sin embargo, fue el propio Alcalde, Andrés Julián Rendón el que anunció que al contrario, reducía la tarifa en mil pesos. Es decir, quedaría en 1.700 pesos.
Un problema de muchos usuarios que residen en municipios cercanos a Rionegro, es que tendrán que pagar más, para llegar a su lugar de destino y madrugar. Rionegro no permitirá el ingreso a sus calles a los vehículos de servicio intermunicipal. Uno de los argumentos de la Subsecretaria de Movilidad, es que el ingreso de esos vehículos, hace que las empresas de transporte pierdan pasajeros. Pone como ejemplo a Medellín, que los usuarios deben abordar otros sistemas de transporte, sin embargo, desconoce que allí si pueden ingresar los vehículos de servicio público. Tercer error de la Alcaldía: pensar en el empresario y no en el ciudadano de a pie.
Entre Ceja y Ceja conoció que desde Rionegro no se ha socializado con las autoridades de tránsito de los demás municipios la medida, lo que da cuenta de la poca articulación que tiene la hidalga ciudad con sus vecinos. «No nos han invitado, ni nos ha llegado alguna comunicación», le confirmó un secretario de movilidad a este medio. Cuarto error de la Alcaldía: Faltó articulación con los municipios vecinos.
El Sistema Integrado de Transporte es una gran apuesta por reorganizar la movilidad de la ciudad, promueve el uso de la bicicleta y de otros medios de transporte, pero es un cambio cultural muy significativo, que debió socializarse y sobre todo concertarse con anterioridad. Presentarlo de esta manera, huele a imposición y ese no puede ser el talante de un político que tenga aspiraciones de ser Gobernador de Antioquia.
Andrés Julián Rendón podría hacer historia en su municipio si cambia la percepción de las cosas, si concerta, si dialoga con el empresario, pero piensa en los ciudadanos. Pues si lo sigue haciendo de esta manera, lo que menos le va a sacar a los usuarios serán sonrisas.
Columna de Opinión | Ricardo Bedoya Ospina | [email protected]
